JOSEP
BERNABEU
La
cuenta atrás ha empezado. Y la hora de la verdad también. Dentro de
pocas horas miles de alumnos tendrán que demostrar todo lo que saben
si quieren superar con éxito la temida Selectividad y estudiar el
próximo curso la carrera universitaria escogida. Como todos los
alumnos que se presentan a las PAU saben a estas alturas, las pruebas
se estructuran en dos partes, una general y otra específica. En la
general, obligatoria, se pueden obtener hasta 10 puntos de
calificación. En la especifica, voluntaria, se pueden obtener 4
puntos adicionales. Los alumnos que quieran acceder a estudios donde
la demanda de plazas supere la oferta y la nota de corte sea elevada
no tendrán más remedio que luchar por estos 4 puntos extra.
Lo
que quizá no tengan tan claro muchos de los alumnos que a partir de
mañana afrontarán la Selectividad es su liturgia interna. Por eso
es bueno recordarla, pues cualquier error o descuido puede tener más
trascendencia de lo que se cree. Las instrucciones para hacer los
exámenes son claras, no dejan margen al error. Primera y
fundamental: para hacer el examen hay que acudir bien identificado
con el DNI o pasaporte y el resguardo de la matricula. La
identificación siempre ha de estar visible sobre la mesa, junto a
las etiquetas identificativas, los bolígrafos para escribir y el
material autorizado para realizar la prueba (calculadora,
diccionario, instrumentos de dibujo, etc.).
Los
exámenes no se pueden responder con lápiz (excepto en las materias
en que se autorice explícitamente su uso) ni con bolígrafos de
tinta roja o verde. Y respecto a las calculadoras autorizadas para
materias como Matemáticas, Física o Biología, entre otras, ojo con
pasarse de listo. Los vigilantes también...