JOSEP
BERNABEU
Durante
estos días miles de alumnos de bachillerato y de ciclos formativos
de grado superior preparan las Pruebas de Acceso a la Universidad
(PAU), la famosa Selectividad que tantos quebraderos de cabeza causa
a los jóvenes que quieren estudiar una carrera universitaria.
Preparar adecuadamente los exámenes es fundamental para obtener
buena nota y acceder a la carrera deseada. Por lo tanto hay que
ponerse manos a la obra, sobreponerse a los nervios e hincar los
codos. Pero ¿qué momento del día es el más adecuado para estudiar
con la suficiente concentración?
Los
expertos, como era de esperar, no se ponen de acuerdo. A priori, el
consejo más extendido es que cada alumno escoja el momento en
función de sus hábitos y ritmos. Hay personas que son más
productivas por la mañana, pero también las hay que rinden mejor
por la tarde o la noche. También hay alumnos que no tienen una
preferencia clara y los hay que tienen una gran capacidad de
adaptabilidad a cualquier franja horaria. Cada alumno es un mundo,
ciertamente, pero la mayoría de estudios que se han realizado al
respecto coinciden en señalar que la mañana es el mejor momento del
día para el aprendizaje pues el cuerpo está descansado y cargado de
energía y la mente preparada para realizar actividades que requieren
un gran esfuerzo intelectual.
La
tarde –después
de una siesta ligera que aplaque la digestión y ayude a recuperar
fuerzas–
también puede ser un buen momento para el estudio. Si no es posible
echar una cabezadita después del almuerzo lo más recomendable es...
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