Las empresas españolas que intentan internacionalizar sus actividades y las que ya las han consolidado saben que para garantizar el éxito de sus operaciones de comercio exterior han de cubrir los riesgos comerciales que se derivan de ellas y en ocasiones incluso determinados riesgos políticos. Sin esta cobertura, muchas operaciones se pueden ir al traste en un abrir y cerrar de ojos.
Para cubrir estas posibles eventualidades, en España se creó en 1970 la Compañía Española de Seguros de Crédito a la Exportación (CESCE), una agencia de crédito a la exportación que aporta seguridad a los intercambios comerciales por medio de la gestión integral del riesgo comercial, la información y la tecnología. La CESCE es una empresa de capital mixto con mayoría del Estado que desarrolla tres líneas de actividad: ofrece soluciones integrales de crédito y de caución para empresas, gestiona el riesgo del crédito por cuenta del Estado a la internacionalización de las compañías españolas y aporta a las empresas información y servicios especializados.
Actualmente, la CESCE es el instrumento financiero más importante del Estado para lograr la internacionalización de las empresas españolas. Su objetivo principal es facilitar la internacionalización del sector privado mediante la cobertura de riesgos derivados de las ventas de productos y servicios de empresas españolas en los mercados exteriores. La CESCE cubre los riesgos relacionados con la actividad exterior de las empresas españolas de dos maneras. Por cuenta propia, los riesgos comerciales a corto plazo, y por cuenta del Estado los riesgos comerciales a largo plazo y los riesgos políticos en todos sus plazos.
Por riesgo comercial se entiende el incumplimiento del contrato por parte de una empresa o entidad privada extranjera que puede generar pérdidas económicas a la empresa o al banco español que le da cobertura. Por riesgo político se entiende la actuación soberana de un estado en materia económica (crisis de balanzas de pago, alteraciones en la paridad monetaria, expropiaciones, nacionalizaciones, confiscaciones, incautaciones...) o de otra índole (guerras, revoluciones, terrorismo...). Además de estos riesgos, las empresas exportadoras también pueden ser víctimas de riesgos extraordinarios tales como catástrofes naturales, accidentes nucleares, contaminación petroquímica, etcétera.
Para hacer frente a todos estos peligros y garantizar unas transacciones comerciales seguras, las empresas exportadoras –sobretodo si son pymes– disponen de diversos productos que cubren sobradamente todas estas eventualidades. Los más interesantes son la Póliza 100 de seguro de crédito a la exportación y la Póliza de Crédito Comprador.
Para cubrir estas posibles eventualidades, en España se creó en 1970 la Compañía Española de Seguros de Crédito a la Exportación (CESCE), una agencia de crédito a la exportación que aporta seguridad a los intercambios comerciales por medio de la gestión integral del riesgo comercial, la información y la tecnología. La CESCE es una empresa de capital mixto con mayoría del Estado que desarrolla tres líneas de actividad: ofrece soluciones integrales de crédito y de caución para empresas, gestiona el riesgo del crédito por cuenta del Estado a la internacionalización de las compañías españolas y aporta a las empresas información y servicios especializados.
Actualmente, la CESCE es el instrumento financiero más importante del Estado para lograr la internacionalización de las empresas españolas. Su objetivo principal es facilitar la internacionalización del sector privado mediante la cobertura de riesgos derivados de las ventas de productos y servicios de empresas españolas en los mercados exteriores. La CESCE cubre los riesgos relacionados con la actividad exterior de las empresas españolas de dos maneras. Por cuenta propia, los riesgos comerciales a corto plazo, y por cuenta del Estado los riesgos comerciales a largo plazo y los riesgos políticos en todos sus plazos.
Por riesgo comercial se entiende el incumplimiento del contrato por parte de una empresa o entidad privada extranjera que puede generar pérdidas económicas a la empresa o al banco español que le da cobertura. Por riesgo político se entiende la actuación soberana de un estado en materia económica (crisis de balanzas de pago, alteraciones en la paridad monetaria, expropiaciones, nacionalizaciones, confiscaciones, incautaciones...) o de otra índole (guerras, revoluciones, terrorismo...). Además de estos riesgos, las empresas exportadoras también pueden ser víctimas de riesgos extraordinarios tales como catástrofes naturales, accidentes nucleares, contaminación petroquímica, etcétera.
Para hacer frente a todos estos peligros y garantizar unas transacciones comerciales seguras, las empresas exportadoras –sobretodo si son pymes– disponen de diversos productos que cubren sobradamente todas estas eventualidades. Los más interesantes son la Póliza 100 de seguro de crédito a la exportación y la Póliza de Crédito Comprador.
