BENEDETTO
AUSTONI, CAPITÁN DE LA GOLETA TIRANDILA
Benedetto
Austoni lo tiene claro. Prefiere navegar veinticuatro horas entre
Formentera –donde
tiene su base– y
Arenys de Mar para reparar su barco antes que trasladarlo a los
astilleros de su zona, donde se ha llevado “muchas
sorpresas desagradables”. En
Varador 2000, explica el capitán del Tirandila, “he
encontrado un gran trato humano, un gran nivel técnico y unos
precios muy competitivos”.
La
goleta Tirandila es una embarcación muy especial. Construida
íntegramente en madera en unos astilleros de Bodrum (Turquía),
navega durante seis meses al año en régimen de chárter,
principalmente por la zona de las Islas Baleares. En el Mediterráneo
solo existen otros dos barcos más como éste: 70 toneladas de madera
que necesitan de muchos cuidados para navegar en optimas
condiciones. “Actualmente
–comenta
Austoni–
muchos astilleros descuidan la
carpintería. En Varador 2000, en cambio, he encontrado dos grandes
profesionales, Quim y Hernán, que conocen muy bien su oficio y
siempre que trabajan en el Tirandila lo dejan como nuevo”.
Durante
su última estancia en Arenys (cuarenta días mal contados), los
técnicos de Varador 2000 han puesto a punto el barco para que inicia
con todas las garantías la nueva temporada de chárter, que se
alargará hasta finales de octubre. Además de diversos trabajos de
carpintería, también se ha sometido a un antifouling, diversos
arreglos del motor y pintura del casco. Mientras, la tripulación, ha
aprovechado el tiempo realizando pequeños trabajos de mantenimiento
en cubierta y otros rincones de la embarcación. Según el capitán
del Tirandila, “esta es otra
de las grandes ventajas de Varador 2000, su flexibilidad: aquí te
permiten hacer trabajos menores de mantenimiento en el barco,
trabajos que no requieren necesariamente de un especialista. En
Baleares y en Italia eso es impensable
–añade–,
todo lo han de hacer los técnicos del astillero, es bastante
absurdo”.