JOSEP BERNABEU
La sequía está azotando con una inusitada dureza a muchas regiones de España y está poniendo en peligro un gran número de cosechas y pastos. En algunas zonas, como la Comunidad Valenciana, no se registraban episodios de sequía tan rigurosa desde hace más de cien años.
Un poco más al sur, en Almería, la sequía de los últimos meses ya se ha llevado por delante el 85% de la producción de frutos secos y pérdidas millonarias en la ganadería. Hay plantaciones, como la de almendros, difícilmente recuperables.
Estos dos ejemplos ilustran lo que está sucediendo en casi todo el sureste español y en muchas regiones del centro y este peninsular, que padecen una situación extrema de falta de agua y viven con unos acuíferos al límite. La sequía, más pertinaz si cabe que antaño, está causando efectos desastrosos en las explotaciones agrícolas y ganaderas. No solo se está agrietando el campo, también se está poniendo a prueba la capacidad de aguante de las empresas del sector, PYMES en su mayoría.
El gobierno español ha anunciado recientemente una batería de medidas económicas para paliar las pérdidas ocasionadas por esta doble sequía meteorológica y agronómica y para garantizar la viabilidad de las empresas. Las comunidades autónomas afectadas, por su parte, también están poniendo en marcha medidas de emergencia complementarias.
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